Eva y Abel
Este cuadro, encargado por mis buenos amigos Eva y Abel, supuso un reto de control del color y de la profundidad, ajustándome al color original permitiéndome tan solo algunas licencias. Aún basándome en la «realidad» que ofrece la cámara quise aportar la vibración del color, del cuadro, que busco al transformar la vivencia del momento en reflexión, en experiencia.